lunes, 17 de octubre de 2011
La chica con pies de cristal, de Ali Shaw
Dada mi afición a los pies, inevitablemente me llamó la atención este libro: no solo por el título, sino por la ilustración de cubierta, muy bonita. Y en mala hora lo compré, porque es una de esas novelas que se estilan ahora y que tanto me irritan: recorridas algunas por una prosa supuestamente poética (véanse La mecánica del corazón y sus secuaces), cultivan otras una especie de realismo mágico de pacotilla que en el fondo es puro cartón piedra: un papel de regalo bonito que envuelve la nada más absoluta, una fachada preciosa que oculta un edificio en ruinas. Efectivamente, esta chica tiene pies de cristal y Ali Shaw no puede impedir que se derrita y haga aguas porque todo en su obra es frío, demasiado esteticista, falto de verdad, corazón y vida. Vamos, que esto es otro bluff, de los que de vez en cuando publica Salamandra, sello del que se esperan mejores cosas, porque mejores cosas tiene: Montalbano, Música y silencio, Por amor a Judit, Príncipe, Entre las montañas...
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