Pues dicen que ha llegado el otoño...

... pero hasta él parece que está en crisis: de identidad, supongo. Se acerca mi cumpleaños, y ni rastro de la lluvia o el frío pelón que solían acompañarlo... Mis pies andan desorientados, que si un día calcetín, que si otro día sandalias... Esto parece lo de CajaMadrid, que si un día Rato, que si otro Manuel Pizarro...

¿Qué mierdas (y nunca mejor dicho) les pasa a las escobillas del váter?

Pues eso, ¿qué mierdas les pasa? Unas se rompen porque resulta que el cepillo va pegado, y supongo que con el peor pegamento que se encuentre en el mercado, de ese que hacíamos en clase con agua y harina. Otras, esas que van en un bote y que quedan tan monas, tienen fugas (y no añado más porque prefiero no extenderme sobre este punto). Otras resulta que, ¡oh, sorpresa!, llevan el cepillo a rosca y claro, este va y se desenrosca en el peor momento, justo cuando lo has metido hasta el fondo. Y ahí se queda, como una rata de agua atascada en una tubería, con los pelillos mojados y cara de angustia... Menos mal que existen los guantes, de verdad (y no añado más porque prefiero no extenderme sobre este punto). Repito, ¿qué mierda les pasa a las escobillas? ¿La crisis también las ha alcanzado? ¿Ya no quedan artesanos? ¿Ya nadie invierte en I+D? ¡¡SOLUCIONES YA!! ¡¡POR UN MUNDO DE ESCOBILLAS DIGNAS!!

Degas y la pedicura

Pues parece que a él también le interesaba el tema. ¿Ese hombre sería un podólogo, un pedicuro a domicilio, el padre de la niña? Qué curiosidad...

Edgar Degas, La pedicura, 1873